lunes, mayo 4

Final feliz en la boca

(agradecemos la participación de Jorge Corona aportando el título de esta nota con su particular humor sutil que le da un pícaro doble sentido a este espacio cultural)

El último grito del domingo fue para Banfield. Al fín. Era hora. ¿Hace cuánto que no se ganaba un domingo? Uff... un montón. Y si encima es en La Bombonera, con el equipo empezando a engranar (mejor a encastrar) más positivo aún.
¿Que dejó el 3-2?

Varios puntos positivos:

-Volvieron a mojar los dos puntas. Nuevamente fueron las figuras, cada uno en lo suyo y complementándose de la mejor manera.

-Muy buenas apariciones de Erviti y Raymonda. El primero le metió un pase genial a Fernández para el 2-1 mientras que el segundo tuvo un sacrificio elogiable para anular al Pochi Chávez y también metió una bocha de gol que no pudo definir bien Silva por arriba de Abbondanzieri.

-El centro de Broggi. El zurdo parece falto de confianza cada vez que tiene un lugarcito en el equipo y quizá este aporte le sirva para alimentar un poco la moral.

Y algunos lunares:

-El mismo gol de siempre. Ese centro cruzado de izquierda a derecha que agarra mal parado al lateral derecho de turno. Esta vez le tocó a Devaca y aunque pareció ser falta de Palermo habrá que corregir los cierres defensivos por ese costado porque no es la primera vez que se pagan con un gol en contra.

-No hay recambio ofensivo. Los uruguayos estaban fundidos y Falcioni no movía el banco. ¿A quién iba a poner? Estaba todo adentro: Raymonda, Erviti, el mismo Pío. Es saludable que jueguen todos, pero pensando en el futuro habría que nutrir el plantel en lugares puntuales.

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