

Acá llega este Lanús. Un equipo de última moda, canchero, de vidriera. Con un Zubeldia que minimiza el clásico y deja salir por fuera de su apretada camisa sus aires de progre mientras, al mismo tiempo, felicita a un auxiliar que cruza la cancha con un carrito de bebidas interrumpiendo el partido en un momento caliente. Un Lanús que desfila con modelos jóvenes, de proyección mundial en pasarelas internacionales, pero que generalmente suelen pisarse su propio dobladillo en las paradas difíciles.
Dicen que se juega como se vive. Si se llega a jugar como se viste habrá dos modelos bien opuestos en la vidriera del Florencio Sola. Otros dicen que los clásicos lo ganan los hombres... Aquí hay ventaja técnica
2 comentarios:
te rompimos bien el orto pingüino pecho frio.
nosotros ganamos campeonatos,vos sos feliz ganando 2 partidos,sos un pobre equipito.
jjajajaajaj pone nombre pedazo de gatoooo mujer de banfield...
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