miércoles, marzo 25

"Hay que ser un poco más rústicos"


"Todos tenemos que sentir esta camiseta como nuestra. El día que consigamos eso vamos a volver a ser un gran equipo"

"Hay un gran plantel. Creo que en este tiempo Banfield consiguió menos de lo que produjo"

"Iremos probando tácticas y jugadores. Desde hoy, todos empizan de cero"

"Hay que ser un poco más rústicos y sacar más puntos"

“Sólo cinco unidades nos separan de la punta y todavía quedan 12 partidos. Mi pensamiento en todos los equipos que estuve, es pelear arriba y acá tenemos plantel para hacerlo"

lunes, marzo 23

Mi Club


Cada vez son más la que la conocen. Han pasado técnicos, jugadores y hasta dirigentes. El propio Garrafa, ídolo por excelencia, debió salir por ahí. Falcioni también, luego de regalarle al club la mejor etapa en su historia. El inolvidable gordo Garisto, fue otro que la padeció. Lujambio, el gato Leeb y siguen los nombres. Sanguinetti mismo, ha sido uno de los casos más recientes...

En Banfield cada vez son más los que se van por la puerta chica. O mejor dicho: por la Portell chica.

El domingo Burruchaga le puso fin a una historia de desgaste. A una relación que se iba deshilachando poco a poco y que la semana pasada, con desmentidas, tironeos, polémicas y manoseos, terminó de romperse. Y se fue por la Portell chica.

Ahora el "dueño de Mi Club" eligió al nuevo entrenador. Tocalli era su preferido, pero nadie -ni sus principales laderos- se lo aceptó. Gamboa, otro que gustaba, espera el llamado de Independiente.
Falcioni es persona no grata para Portell. "Una persona que miente de la manera que él mintió creo que no será bien recibida", declaró el viernes en La Red, en relación a una supuesta promesa de JCF en la que el técnico aseguraba que sólo se iba de Banfield para ir a Boca. Y si hay algo que le molestan son las mentiras. ¿Entonces? ¿No viene? Nada de eso, al contrario.
Falcioni ya es el nuevo técnico de Banfield

Portell lo tenía en espera. Hasta último momento intentó imponer a otro. Pero así calmó a las fieras. Y desliga responsabilidades. Y agranda el discurso de que "acá deciden todos", de que "es el técnico que quería la oposición y yo democráticamente lo traje"... Justo a horas de la asamblea. ¿Será casualidad?

La nueva sucursal de "Mi Club" está funcionando a full. Todo se plasma el fin de semana pero el trabajo duro, silencioso se hace todos los días. Sí, igual que en el boliche.

Hay algo extraño en este "Mi Club". Todos entran por la puerta grande, pero se van por la puerta chica. Ojo! a no confiarse. Algunos dicen que lo están inspeccionando cada vez más. No vaya a ser cosa que tengan que utilizar la salida de emergencia.

lunes, marzo 16


"El cabaret es un lugar donde uno va, cuando es joven y hay señoritas que bailan...", explicaba el gran Bambino Veira luego de que Latorre pronunciara la frase que quedaría grabada en el mundillo del fútbol.

Hoy Banfield es algo similar a lo que quiso expresar Latorre. O mejor un conventillo, más que un cabaret.

Aquí lo importante no es la relación entre unos y otros (dt, jugadores, presidente) sino que esas diferencias se están reflejando en la cancha. Qué mejor muestra que la del grupo comandado por Falcioni. Varios integrantes de ese plantel odiaban a JCF y el propio entrenador tenía una relación cortante con Portell, pero a la hora de jugar, las ambiciones y los intereses personales quedaban a un lado.

Esta vez, eso no pasa. Desde galloyarenales no se pretende puntualizar en determinado jugador. Porque pareciera (según las crónicas panqueques que están a la orden del día) que Bertolo es el malo de la clase, que Bustamante se pone el traje del Che Guevara por un par de gritos al aire, que Erviti es un hippie que recorre el césped en puntas de pie, y que Burruchaga entró ayer al ambiente futbolero y no sabe nada del juego.

Banfield es un conventillo. Cierto. Tan cierto como que era un conventillo en la mejor campaña de la historia del club. Una cosa no quita la otra. Si Burruchaga no renuncia en estas horas (hecho que no sería descabellado) será el partido del viernes el que defina su continuidad. Qué pena. Sería otra temporada perdida.

Dependerá de la inteligencia de los jugadores. Son ellos los que supieron hacer grandes partidos. Son ellos los que por momentos se pelean y protagonizan discusiones de chico de primaria ante las cámaras. Y también son ellos los que en otras ocasiones se unen para voltear a un director técnico.

Por eso, si el enfoque se centra en la pelea Bustamante-Bertolo o en un gesto de Erviti, o en que aquél corre un kilómetro menos que este otro... estamos perdidos. La Promoción está a la vuelta de la esquina. No es momento para ir al cabaret. Sería saludable que los trapitos se laven puertas adentro y no que por arte de magia llegue otro técnico y los jugadores (que se autoproclaman como lo más saludable dentro del fútbol) empiecen a rendir.

Lo más difícil en el fútbol es hacer las cosas fáciles. Eso es lo que distingue Lanús. Y el premio está a la vista de todos. En Banfield es todo turbio, todo pasa por una pátina oscura, por un filtro de dudas, de versiones, de polémicas... Y el castigo también está a la vista de todos.

La historia es más simple de lo que quieren hacer creer. Hay un gran plantel. Con excelentes individualidades. Hay un muy buen cuerpo técnico. Que demostró que puede hacerlas acoplar para que jueguen en equipo. Si todos las partes se alinean se podrá salir de este pantano. Sino cada vez estaremos más hundidos.

lunes, marzo 9

El mereciómetro

El partido ante Colón dejó demasiadas cuestiones negativas, que fueron debidamente enumeradas por todos los medios de comunicación. Sin dudas fue una de las peores producciones del ciclo Burruchaga y cuando en la misma jornada se combinan la pésima actuación individual de las mejores piezas del equipo, con el poco compromiso colectivo, el resultado es ese 0-2 apático en Santa Fe.

Pero más allá de esto, que parece ser la contracara del partido en el Monumental, a pesar de que los dos encuentros hayan terminado con el mismo resultado, hay otro aspecto que resulta importante rescatar.

Hoy los once que jugaron como jugaron ante Colón saben que serán titulares el sábado contra San Lorenzo. Sí, es cierto que Nasuti no podrá estar por llegar a cinco tarjetas amarillas, pero si no hubiese sido amonestado, los horrores del último juego no hubieran bastado para que se sentara en el banco en el Nuevo Gasómetro.

Con esto no se pide que cada fecha se convierta en un rompecabezas de nombres y que sean los resultados la única variable a la hora de definir las formaciones. Pero sí sería una buena medida que aquél jugador que arrastra varios partidos con un nivel flojo, le deje el lugar a otro.

A veces sentirse titular contribuye a jugar más suelto, con más confianza y destacarse. Otras, resulta contraproducente, se transforma en relajación para el que juega (y sabe que seguirá jugando) y en frustración para el que ingresa un puñado de minutos (y sabe que la próxima semana padecerá lo mismo)-.

En definitiva es una cuestión de merecimientos. Esa palabra que tanto usa Burruchaga, los jugadores y todo Banfield. Hoy quizá algunos merezcan salir del equipo. Al menos para volver a tener esa hambre de querer volver a ganarse el puesto. O para tratar de hacer un click. Y no terminar durmiendo en los "laureles" de la mitad de la tabla.