
Así fue que a los barras de Banfield les tocó trabajar el lunes. A pedido, obviamente. Ya que los jugadores no se iban a bancar otro reto del Presidente Portell y menos aún lo soportaría Falcioni, hombre bastante curtido en ese asunto. Entonces, salió a escena un grupo de 60 barras liderados por el viejo Miguelito.
Pero todo esto no hubiese ocurrido -al menos de esta forma- sin el aval de Gastón Lasalle, ex integrante del núcleo central de la hinchada y flamente vicepresidente. Según confirmaron varias fuentes a galloyarenales -también lo deslizó Clarín en el informe de Hernán Castillo- Lasalle le habría abierto paso a los barras para llegar hasta el plantel. Siempre con la condición de no causar violencia y sólo hablar/apretar al equipo.
Así son los códigos de barra. Cría cuervos...
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