Es llamativo que el jugador que menos tiene que demostar y que más tiene para perder, sea fecha tras fecha, el que más se destaca
Como viene ocurriendo a lo largo del torneo, Darío Cvitanich fue, contra San Lorenzo, la mejor pieza del rompecabeza (desarmado) que es Banfield.
Si bien es comprensible su actitud, ya que persigue la meta personal de emigrar como goleador del torneo, sigue sorprendiendo ver cómo tiene que gestar sus propias jugadas y se desgasta de más debido a que sus compañeros no están a su altura. Ni en juego ni en actitud.
Por suerte no se resguardó luego de que se concretara su venta.
Por desgracia lo vendieron sin esperar que su cotización se incrementara ya que seguramente terminará como el máximo artillero del fútbol argentino.
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