
"El cabaret es un lugar donde uno va, cuando es joven y hay señoritas que bailan...", explicaba el gran Bambino Veira luego de que Latorre pronunciara la frase que quedaría grabada en el mundillo del fútbol.
Hoy Banfield es algo similar a lo que quiso expresar Latorre. O mejor un conventillo, más que un cabaret.
Aquí lo importante no es la relación entre unos y otros (dt, jugadores, presidente) sino que esas diferencias se están reflejando en la cancha. Qué mejor muestra que la del grupo comandado por Falcioni. Varios integrantes de ese plantel odiaban a JCF y el propio entrenador tenía una relación cortante con Portell, pero a la hora de jugar, las ambiciones y los intereses personales quedaban a un lado.
Esta vez, eso no pasa. Desde galloyarenales no se pretende puntualizar en determinado jugador. Porque pareciera (según las crónicas panqueques que están a la orden del día) que Bertolo es el malo de la clase, que Bustamante se pone el traje del Che Guevara por un par de gritos al aire, que Erviti es un hippie que recorre el césped en puntas de pie, y que Burruchaga entró ayer al ambiente futbolero y no sabe nada del juego.
Banfield es un conventillo. Cierto. Tan cierto como que era un conventillo en la mejor campaña de la historia del club. Una cosa no quita la otra. Si Burruchaga no renuncia en estas horas (hecho que no sería descabellado) será el partido del viernes el que defina su continuidad. Qué pena. Sería otra temporada perdida.
Dependerá de la inteligencia de los jugadores. Son ellos los que supieron hacer grandes partidos. Son ellos los que por momentos se pelean y protagonizan discusiones de chico de primaria ante las cámaras. Y también son ellos los que en otras ocasiones se unen para voltear a un director técnico.
Por eso, si el enfoque se centra en la pelea Bustamante-Bertolo o en un gesto de Erviti, o en que aquél corre un kilómetro menos que este otro... estamos perdidos. La Promoción está a la vuelta de la esquina. No es momento para ir al cabaret. Sería saludable que los trapitos se laven puertas adentro y no que por arte de magia llegue otro técnico y los jugadores (que se autoproclaman como lo más saludable dentro del fútbol) empiecen a rendir.
Lo más difícil en el fútbol es hacer las cosas fáciles. Eso es lo que distingue Lanús. Y el premio está a la vista de todos. En Banfield es todo turbio, todo pasa por una pátina oscura, por un filtro de dudas, de versiones, de polémicas... Y el castigo también está a la vista de todos.
La historia es más simple de lo que quieren hacer creer. Hay un gran plantel. Con excelentes individualidades. Hay un muy buen cuerpo técnico. Que demostró que puede hacerlas acoplar para que jueguen en equipo. Si todos las partes se alinean se podrá salir de este pantano. Sino cada vez estaremos más hundidos.