domingo, diciembre 7

Todo es tan confuso

Todo es tan confuso en Banfield que en cinco minutos se puede pasar de la desazón total al deshago. Del insulto al aplauso.

Todo es tan confuso en Banfield, tan extraño, tan tirado de los pelos, que nadie se hace cargo realmente de este campeonato decepcionante. No hay autocrítica, sólo acusaciones, rencores, luchas de poder...

Todo está tan raro en Banfield que los jugadores y el técnico prefieren jugar de visitante así no sienten “la presión de la gente”.

Es tan confuso todo que el presidente arma las valijas en el peor momento (cualquier similitud con Grondona en cada hecho de violencia del fútbol argentino es pura coincidencia).

Está todo tan mal parido, mal generado desde el arranque, desde arriba, que se termina reflejando abajo, adentro de la cancha, en un grupo de jugadores que no son tan malos como nos están haciendo querer creer.

En esta confusión generalizada, Bertolo es el mejor símbolo. Entre enredos, piernas, fricciones cada tanto mete una jugada lúcida y casi siempre lucida. Como Banfield. Entre tanto desorden de vez en cuando aparece algo positivo.

Todo es tan confuso en Banfield que en la última fecha quizá se festeje más una derrota que una victoria.

Se va un 2008 horrible. El balance –el que se puede ver- no da, no cierra por ningún lado. Mientras tanto, cada vez son más los que tienen algo para celebrar en fin de año. De este lado, ya se está haciendo cotidiano, que haya muchos más pedidos, deseos, augurios, que festejos o agradecimientos.

No hay comentarios: