lunes, junio 15

Teléfono, Portell


Se termina el campeonato y empieza la peor etapa de Banfield en el año: el momento en que se abre el mercado de pases. Ya se conoce una baja, la de Nicolás Bertolo, vendido al Palermo de Italia en cuatro millones de dólares, de los cuales sólo dos ingresarán a las arcas del club.

Y hay varios interrogantes. ¿Qué pasará con Erviti? Seguramente recibirá varias ofertas, aunque la prioridad es del Taladro, dueño de su pase y con contrato vigente. ¿Y Raymonda? Se cumple el préstamo y podría negociarse la renovación por un año más. ¿Y Nasuti? ¿Y Fernández?

Este último caso resulta irrisorio e irritante. La continuidad del más chiquito de los uruguayos no debería entrar en tela de juicio. Ni siquiera por el millón y medio de dólares que hay que abonar para comprar la mitad de su pase. La ecuación es simple: si hace sólo un par de meses se aprobó el balance más exitoso de la historia del club y si además ya se concretó una venta (la de Bertolo) por una cifra superior al monto que hay que pagar para seguir contando con Fernández... el problema no es de dinero. Es más, sería inteligente y posiblemente redituable a futuro comprar ese porcentaje ahora y tener luego la chance de venderlo a mayor precio, en lugar de intentar extender un préstamo con la posibilidad de que la opción de compra aumente.

Pero en Banfield nunca se sabe.

En una situación similar, Sand se fue del club. Ojo, después llegaron refuerzos de jerarquía (al menos en los números de sus contratos) como: Julián Maidana, José Chatruc, Mario Grana, Carlos Galván, Matute Morales, Andrés Díaz, etc, etc.

Nadie puede asegurar que Fernández vaya a mantener este gran nivel. Así como tampoco nadie duda que lo más lógico hoy es comprar su pase. Problemas de dinero no hay, al menos eso es lo que la comisión directiva comunica. ¿Entonces? Teléfono... Atiendan!

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